Trump Ganó las Elecciones. El voto Masculino fue Clave
¿Qué podemos aprender los hombres lationoamericanos de esta experiencia?
El miércoles 6 de noviembre, Donald Trump fue declarado Presidente 47 de los Estados Unidos, un evento inaudito, considerado por los expertos como el regreso político más grande en la historia de Estados Unidos.
Esta publicación no es acerca de si esa fue la decisión correcta. No tengo las credenciales para tal análisis. Escribo sobre esto, porque hay un detalle revelador que acaparó la atención de la prensa:
Trump obtuvo la mayoría del voto masculino, y esta parece ser una de las razones fundamentales de su victoria.
En concreto:
El 54% de los votantes hombres apoyó a Trump. En comparación con las elecciones de 2020, Trump mejoró significativamente su aprobación entre los jóvenes de 18 a 29 años. Lo mismo ocurrió entre los hombres hispanos: en 2020, Trump obtuvo el 36% de sus votos, el martes pasado, el 54%.
Incluso entre los hombres afroamericanos, históricamente demócratas, se observó un cambio notable en sus preferencias políticas. En las elecciones de 2020, Donald Trump solo obtuvo el 8% del voto de la comunidad negra, en 2024, esa cifra aumentó hasta el 24%.
Desde luego, esto hizo sonar algunas alarmas. Se ha dicho que Kamala perdió porque es mujer, y que es una afrenta que los hombres voten por un delincuente sexual.
“¿Cómo le explicas a tus hijas y hermanas que votaste por un violador?” preguntó en una historia de Instagram la hija de un renombrado cineasta mexicano.
Algunas mujeres, en su mayoría, blancas liberales, han usado sus redes sociales para comunicar el comienzo de una huelga sexual por los siguientes 4 años, para castigar a los hombres que hayan votado por Trump.
“Cariño, si querías tocar mi cuerpo, debiste haber votado por él”. anunció una pelirroja blanca en TikTok.
Otro grupo de mujeres se están rapando la cabeza para persuadir a los votantes de MAGA de no cortejarlas.
No obstante, es probable que las razones por las que los hombres votaron por Trump nada tengan que ver con las mujeres. Trump arrasó entre los hombres porque fue el único candidato que se atrevió a hablarles directamente.
¿Cómo es eso? Trump (y en algunas ocasiones su vicepresidente, JD Vance), se sentaron a hablar largo y tendido con un grupo diverso de hombres en algunos de los podcast más populares entre la audiencia masculina.
Trump apareció en el podcast de Joe Rogan, en el canal de YouTube The Nelk Boys, en el canal de Twitch de Adin Ross, y en el podcast del exitoso comediante Theo Von. La estrategia funcionó: tan solo el podcast de Joe Rogan ha acumulado casi 48 millones de views.
Trump es un zorro astuto: sabe que los hombres están alienados, alejados de la prensa tradicional, y apartados de la escena política, a causa de una narrativa que no para de culparlos por los problemas que ocurren en su país.
Y aun así, son un público importante: son casi la mitad de los votantes registrados.
Kamala, por otro lado, ignoró a los varones para mostrar apoyo a las minorías y, a cambio, asegurar su voto. Porque aparentemente, en la política moderna, para respaldar a un grupo social es necesario darle la espalda a otro:
Si crees que las mujeres están en desventaja, debes asumir que los hombres son privilegiados; si consideras que las vidas negras importan, es racista opinar que las vidas blancas (en particular las masculinas) son igual de importantes. Como si la justicia social fuera un juego de suma cero.
Los republicanos fueron más hábiles, se sentaron con los hombres que los otros hombres escuchan, y hablaron de cosas que a los hombres les interesan. Y les funcionó:
Si la victoria —escribió Rob Henderson— de Barack Obama en 2008 fue la elección de Facebook y la victoria de Trump en 2016 fue la elección de Twitter, entonces 2024 es la elección de los podcasts. Los podcasts y los medios independientes han hecho posible que las ideas políticas circulen de manera instantánea y sin filtros.
Kamala, por otro lado, declinó la invitación de Rogan. Más adelante, quizá cuando advirtió el error, condicionó su aparición a solo una hora de conversación. Rogan la rechazó esta vez. Trump y JD Vance se sentaron durante 3 horas en el estudio del Joe Rogan Experience. ¿Por qué Kamala no haría lo mismo?
El apoyo de Elon Musk fue otra pieza clave en la victoria de Trump. Musk es una figura divisiva y polémica, pero es respetado por una buena parte de la audiencia masculina de todo el planeta. Su audacia en los negocios es una buena razón. La otra es que es un acérrimo defensor de la libertad de expresión, algo que se ha ido erosionando en los últimos años para proteger las sensibilidades de algunos grupos identitarios.
Dana White, el CEO de la UFC (Campeonato de lucha extrema), también fue una figura fundamental. Y aparentemente su papel fue de tal relevancia, que el propio Trump lo invitó a subir al escenario cuando se declaró victorioso, el miércoles por la mañana.
Kamala y el partido democrata pueden continuar recurriendo al enjuiciamiento moral para reprender a los hombres por votar por Donald Trump. Se podrá hacer mofa de que Joe Rogan, un negacionista de las vacunas, tenga tanta influencia entre los hombres; o que Dana White, sea el epítome de la masculinidad tóxica.
La realidad, de momento, parece más sencilla: Kamala Harris perdió, no porque sea mujer, sino porque no mostró interés en los hombres.
Trump obtuvo el voto masculino porque les dio la esperanza de que aún hay alguien en la escena política dispuesto a respaldarlos.
Ese es un mensaje poderoso que espero haga eco en América Latina. Los hombres están cansados de no ser escuchados, de ser retratados como criaturas tóxicas, que necesitan ser corregidas y reeducadas.
Están cansados de que sus problemas y desafíos sean ignorados por la clase política, para obtener apoyo de otros grupos identitarios, y están dispuestos a darle su voto a quien sepa empatizar con ellos.
A final de cuentas, ¿es tan extraño votar por el único candidato que te demuestra algo de apoyo?
Espero que esa experiencia sea considerada por los estrategas políticos en América Latina, y aunque sea por marketing político, comiencen a incluir en sus agendas, las necesidades de los hombres.
Darle la espalda a los hombres puede tener beneficios a corto plazo, pero es una pésima jugada a largo plazo. Kamala y los demócratas aprendieron la lección por las malas.