Sheinbaum en el poder: ¿Durante un sexenio más los Problemas de los Hombres serán invisibles?
Este es un recordatorio de que los hombres encabezan las estadísticas de homicidios, secuestros, desapariciones y asaltos violentos.
El 1 de Octubre, en lo que puede ser caracterizado como un día histórico, Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera mujer en ocupar la Presidencia de México.
Después de al menos 503 años, por primera vez, llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa Nación. Y digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas. Exclamó en un discurso ante el congreso.
El feminismo, como ha señalado el Diario le Grand Continent, fue el hilo conductor del discurso. En realidad, fue mas que eso: el feminismo fue la pieza que le dio sentido a toda la investidura de Sheinbaum:
Su vestido, elegante y sobrio, fue confeccionado por una mujer indígena.
A petición suya, fue recibida por una comitiva compuesta solo de legisladoras.
Y el emblema de su mandato, muestra a una joven portando airosa, la bandera mexicana.
Cada acto de la ceremonia consistió en un guiño hacia las mujeres y al feminismo. “Es tiempo de Transformación y es tiempo de mujeres.” expresó.
Sus actos subsecuentes siguieron la misma tónica:
En uno de sus primeros mandatos instruyó la creación de la Secretaría de las Mujeres, que a su vez contempla la creación de fiscalías especializadas en feminicidios, a lo largo de todo el país.
Los feminicidios son un grave problema de seguridad pública en México. Y aunque de acuerdo a los reportes oficiales, estos han mostrado una tímida reducción, no por eso desmerecen la acción implacable del estado.
De acuerdo a los datos oficiales, en el 2018 se reportaron 912 feminicidios, mientras que en el 2023, se contabilizaron 827 casos, esto implica una reducción del 9.3%.
Esta tendencia a la baja podría revertirse en el corto plazo:
Una de las estrategias de Sheinbaum es investigar como feminicidios, todos los homicidios violentos cuya víctima sea una mujer.
“¿Qué quiere decir feminicidio? -explicó la Presidenta- El feminicidio tiene que ver con el asesinato por ser mujer, es un crimen de odio”.
Si todos los homicidios de mujeres se tipifican inicialmente como feminicidios, debemos esperar un incremento dramático. A diferencia de los feminicidios, los asesinatos de mujeres, han aumentado.
Los reportes indican que entre 2019 y 2022, las víctimas de homicidio aumentaron un 30%. Este incremento se atribuye al crimen organizado, y a las deficientes políticas públicas para combatirlo.
Y aunque las fiscalías especializadas en feminicidios, no son precisamente un despliegue de innovación política, celebro la iniciativa: las mujeres y niñas de México deben ser protegidas.
Por otro lado, la audacia de Sheinbaum no se observa en sus propuestas para frenar la crisis de seguridad que enfrenta México desde hace 3 sexenios, y que pareciera haberse exacerbado durante el obradorismo.
Se especula, con temor, que la Presidenta continuará con una estrategia que no dista mucho de la desplegada por el gobierno anterior, cuya violencia dejó 193,612 muertos, la cifra más alta en la historia del país.
Recordatorios de que hay una abrumadora crisis de seguridad, no faltaron. El país recién despertaba con una nueva dirigente cuando la realidad nos golpeó de lleno: Sinaloa es una zona de guerra, a causa de una escisión en el cartel de Sinaloa; mientras que en Guerrero, apareció decapitada la cabeza de un gobernador municipal, que duró exiguos 6 días en su puesto.
Instruir la creación de fiscalías especializadas en feminicidios, sin ofrecer alternativas viables para contener la violencia del crimen organizado, parece más una estrategia de marketing político, destinada a obtener aprobación y apoyo de amplios sectores de la sociedad. Un guiño a los poderosos movimientos feministas de México, similar a muchos de los detalles que rodearon la ceremonia de unción presidencial.
Me preocupa que Sheinbaum politice, como tantos hacen, el movimiento feminista en lugar de solucionar el problema de fondo: la extrema ineficiencia del estado para apaciguar a los carteles.
Una ineficiencia que ha costado numerosas vidas, la mayoría de ellas, de hombres.
Del 2018 al 2023 se reportaron 201,088 homicidios, el 88% de esas muertes corresponden a hombres.
No todas las muertes son un efecto de la guerra contra el narco; sin embargo, la mayoría lo son. En 2022, de los más de 32,000 homicidios reportados, hasta 25,000 fueron atribuidos al crimen organizado y al narcotráfico.
De hecho, para los varones de entre 15 y 44 años, la principal causa de riesgo de muerte, es el homicidio. A continuación un desglose más detallado:
Sin embargo, los homicidios no son el único delito asociado al crimen organizado. Secuestros, asaltos agravados y el tráfico humano son otras tres horribles manifestaciones de la violencia que ejercen estos grupos.
En 2023 se reportaron 2,402 secuestros, de los cuales, el 79% de las víctimas fueron hombres.
En cuanto a los asaltos violentos, se especula que entre el 65 y 75 % de los afectados son varones.
Por otro lado, el tráfico humano observó un crecimiento del 39% de 2018 a 2023. Las mujeres son, por un amplio margen, las principales afectadas.
Peor aún, se ha encontrado que los casos entre adolescentes han aumentado. Algo que es inadmisible y merece toda nuestra atención.
A continuación un desglose de los 4,580 casos reportados en 5 años:
La explotación sexual es la principal razón por la que los cárteles trafican con mujeres. En el caso de los hombres, solo un pequeño porcentaje enfrenta este destino; la mayoría son explotados laboralmente o forzados a unirse a los grupos delictivos, frecuentemente desde edades tempranas.
El destino de las víctimas de tráfico humano es profundamente siniestro. Aunque gran parte de la sociedad es consciente de la infamia que padecen las mujeres víctimas de esclavitud sexual, se conoce poco del sufrimiento que enfrentan los muchachos atrapados en estas redes. Un reportaje de The Free Press menciona que:
“Creemos que los cárteles y las pandillas utilizan la tortura como método de control para los hombres. No van a contraatacar si los encadenan a un radiador, los golpean con frecuencia o los drogan”. Los residentes de House of Hope -uno de los pocos refugios en Estados Unidos para víctimas masculinas de trata sexual- a menudo vienen marcados o tatuados por los cárteles y las pandillas que los traficaron, y la mayoría fueron víctimas cruzadas: utilizados como mulas de drogas, así como para trabajo y sexo.
En la misma línea de las fiscalías especializadas, Sheinbaum podría proponer una agencia específica que aborde el grave problema del tráfico humano.
En un escenario ideal, no debería haber distinción de género, es igualmente descorazonador para los padres saber que cualquiera de sus hijos cayó en las redes de explotación del crimen organizado. Es inmoral decirle a unos padres afligidos que buscar a su hijo no es una prioridad por razones de género.
La impunidad es otra de las lineas de enfoque de las fiscalías de feminicidios. No obstante, es mejor abordar este problema como una falla sistémica de magnitudes vergonzosas, y no como un problema que afecta de manera desproporcionada a las mujeres.
Se estima que entre el 89% y el 96% de los homicidios en el país no se resuelven. Y no hay evidencia de que la tasa de impunidad sea más alta en los feminicidios, ni en los homicidios de mujeres. Por el contrario, se especula que, debido a la atención mediática que reciben algunos feminicidios, la tasa de impunidad sea ligeramente menor.
En México, a menudo se dice que los hombres son sistemáticamente protegidos por las estructuras de poder. Sin embargo, la evidencia muestra que la vida y la seguridad de los varones distan de ser una prioridad para el estado.
Cuando otros grupos son violentados, solemos ser cuidadosos al señalar su género, como ocurre con los feminicidios o los crímenes de odio hacia la comunidad LGBT. Sin embargo, cuando los hombres son las víctimas, los casos no se abordan como un problema de género, sino como problemas estructurales.
Los políticos, los medios, y las organizaciones humanitarias hablan de “las víctimas del crimen organizado”, “del grave problema de seguridad de México”, o “del aumento de asesinatos”. Rara vez se escucha decir: Son los hombres (desde los 15 años), las principales víctimas de los homicidios, de los secuestros, de las desapariciones, de la tortura, y de los asaltos violentos.
Se recurre al género masculino para enfatizar los agravios perpetrados por los hombres, pero se omite cuando se habla de los dominios en los que la igualdad, no los favorece. Como si los hombres pudieran ser solo opresores, pero nunca víctimas.
Esto se debe en parte a que los hombres no cuentan con grupos políticos que hagan lobby para que el gobierno clasifique como “cuestiones de género” los problemas que les afectan de manera desproporcionada.
Esas nos son fallas del feminismo o de la comunidad LGBT, después de todo, esos grupos fueron creados con la expresa consigna de mejorar las condiciones de sus adherentes, los beneficios o prejuicios que los hombres obtengan de ello, no son más que efectos colaterales.
No obstante, una de las injustas consecuencias de la ausencia de ‘grupos masculinos’, es que los ámbitos en los que los varones necesitan igualdad, permanecen invisibles. No hay prensa, no hay artistas, no hay políticos, no hay empresarios que los señalen.
Celebro, pues, la fiscalía de mujeres. Aplaudo que una Presidenta de muestras de tomarse en serio la seguridad del grupo social que representa.
Me preocupa, sin embargo, que el postureo feminista que a ratos adopta, oscurezca la gravedad de los problemas de seguridad que también afectan a los hombres de México.
Y es que en política, las palabras importan, tal como la propia Presidenta expresó en su discurso inaugural:
Solo lo que se nombra, existe
De momento, ni en la retórica de Claudia Sheinbaum ni en la de sus antecesores inmediatos se ha nombrado que los hombres de México son las principales víctimas de la crisis de violencia y de la epidema de homicidios que el país enfrenta desde hace tres sexenios. Menos aún se ha dicho que se planean tomar medidas urgentes para proteger sus vidas.
Me preocupa que esa penosa omisión, continúe fortaleciendo la falsa idea de que en México, los problemas de los hombres, no existen.
El suicidio masculino, un problema silenciado
Recientemente Letras Libres, una respetada revista digital de México, publicó un artículo mio sobre el suicidio masculino.